Y todo ello por unos hechos ocurridos ante la mirada de vecinxs y ecologistas dispuestas a testificar que se indignaron ante la violencia policial y la arbitrariedad de la detención.
DESDE EL MOVIMIENTO SALVAR ARRAIJANAL
Imagínese que se levanta y acude a recoger una documentación a un edificio enorme donde dicen que imparten justicia. Un mero trámite le han dicho y, de repente... ¡ZAS!. Todo un teatro se alza por encima de usted: juez, fiscal, policía, abogados... Le ofrecen un trato, la posibilidad de no ir a la cárcel, de no acabar en ese lugar donde te rompen la vida. ¿A cambio de qué? De pararte, de entrar en estado vegetativo, de no respirar y gritar, de no decir esta boca es mía, de convertir tu vida en la sociedad normalizada y normalizante, en una cárcel. Durante 3 años en libertad condicional o lo que es lo mismo, que te hagan vulnerable. Trabajos a la comunidad, (es decir, ser mano de obra gratuita y esclava) y pagarles dinero que no tienes, dinero de la sangre de los que te quieren, a los mismos que te han reprimido no ahora, sino durante años. Pero no les basta, el poder necesita que te humilles, que pronuncies las palabras mágicas. ¿Y cuáles son las palabras mágicas? “Sí, señoría. Lo que usted diga.
He sido yo o el sol gira alrededor de la tierra…” Es lo más importante: reconocer la culpa, ser parte de la culpa, asumir por sometimiento su mentira es lo que permite que la función pueda continuar de lunes a domingo y de Enero a Diciembre. Dos horas para “decidir” su destino, o el destino está amañado y siempre sale cruz para los más débiles. Los expertos, la autoridad, los que saben pero no se juegan nada, esos son los que tienen la sartén por el mango. Verdad? Quién dijo verdad y a quién le importó nunca? Qué tendrá que ver la “justicia” con la verdad?
Desde luego, en este procedimiento, aclarar los hechos ocurridos el pasado 24 de mayo, no interesó a nadie. Sí interesó dar carpetazo al caso lo antes posible y no arañar demasiado en los posibles abusos de los agentes del orden (establecido por y para ellxs), y de este modo, uno menos. Imagínenselo porque no es un libro de Kafka, ni tampoco es “En el nombre del padre”. Es Málaga un 5 de Marzo a las 9:00 de la mañana y lxs activistas de Arraijanal Fali y Leti junto a sus compañerxs intentando salvar su preciada libertad. Las personas que vivenciaron “el acuerdo” aún están digiriéndolo porque es difícil asimilar que vivimos en el mundo al revés. Lxs ecologistas que están intentando proteger un paraje natural de un valor
incalculable para la ciudad, siempre desde una vía pacífica y sin uso de violencia alguna, están siendo castigados brutalmente. Los policías que a nuestro parecer ejercieron una detención arbitraria, sin justificación, y además, violenta, son recompensados por la justicia con un acuerdo que a todas luces les beneficia a ellos y deja a dos compañerxs en una situación de debilidad. Queda el dolor de una escena de tremenda tensión entre la espada y la pared y también queda una querella contra los policías, por las torturas que sufrió Leticia en el día de la detención. La represión dura deja ver, en realidad, la debilidad de un sistema que, falto de respuestas, necesita más del palo que de la zanahoria para someter a aquellas personas que por diversos motivos se salen del marco impuesto.
Ahora, las compañeras de Arraijanal saben qué fuerza reside en todo el apoyo recabado en todos estos meses de cientos de colectivos y organizaciones desde diferentes territorios y naciones. También en el día a día unos cuidados que se muestran en cada asamblea que tienen, en cómo se organizan, en las charlas donde explican la grave situación de Arraijanal. El sistema jurídico no puede hacer justicia porque tiene una maraña de leyes a favor de los más poderosos: Al thani, Bilba, el PP, Francisco de la Torre, cuerpos represivos del estado... que lo atan de pie y manos. Por eso es la sociedad quien debe Amnistiar y reparar los daños que el propio estado produce contra las personas que luchan contra las
injusticias o contra las que usan atajos para escapar de sus situaciones de exclusión y empobrecimiento. En ese sentido la lucha de Arraijanal sigue viva y goza de toda la legitimidad que su simulacro de justicia no tiene. La movilización social, las acciones directas, la concienciación... son el corazón del movimiento por la defensa de Arraijanal contra la especulación salvaje.