En vísperas del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres y del Día Mundial de las Personas Sin Hogar, multitud de asociaciones organizan actos y salen a la calle para recordar a las víctimas de sintechismo y de malos tratos. Otras, además de ésto, a denunciar públicamente a las culpables que causan dichas situaciones. Compañeras de Zambra, Stop Desahucios y la PAH, junto con vecinas de la Corrala La Guevara, salimos el pasado jueves para denunciar la Violencia Patriarcal ejercida por la Banca e Instituciones, que suponen los desahucios que arrancan a personas y familias enteras de sus hogares, aumentando así las cifras de esas personas sin hogar.
Las instituciones no tienen alternativa habitacional, sin embargo, permiten que la Banca continúe campando a sus anchas expulsando a personas en situación de vulnerabilidad de alguna de las miles de viviendas vacías, que pertenecen a la Banca y/o las grandes rentas. Estas viviendas han sido okupadas por estas personas desobedientes a un sistema depredador que las quiere muertas, hacinadas, arrodilladas y pidiendo perdón por ser haber sido privadas de todo por aquéllas instituciones o personas que sólo buscan beneficio exponencial, especular con los derechos básicos de todas, con la función social de la vivienda y con total connivencia de las instituciones.
Ejemplo de esto son las familias de la Corrala La Guevara. Algunas de ellas van a ser expulsadas de inmediato si no encontramos una respuesta popular efectiva. Como Yanira y Jose, que denuncian en el periódico La Opinión su desahucio inmediato, con su niña de dos años, a pesar de haber seguido minuciosamente el recorrido completo de la pobreza, de haber seguido todos los programas de inserción, haber solicitado todas las ayudas, haber jugado todas las casillas de la Yincana de la miseria institucional. Incluso han trabajado gratis durante semanas en la cadena de Supermercado Día y la multinacional MC Donalds. Este trabajo realizado se "entiende" como un contrato de prácticas de empresa dentro de los programas de Inserción Laboral del programa para Familias en Riesgo de Exclusión Social (FRES), donde colaboran las entidades Arrabal, Cruz Roja y Cáritas Diocesana.
Esta familia, en concreto, incluso ha sido premiadas con la ayuda al alquiler de tres años del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV). Esta ayuda al alquiler deja a 1200 de las familias beneficiarias sin encontrar una vivienda que les quieran alquilar, debido a la cuantía y las condiciones que ofrece dicha ayuda envenenada, en una ciudad donde la burbuja del alquiler nos estalla en cara a las más precarias, aunque ya está alcanzando a las capas medias (de antaño). Málaga es una ciudad donde el acceso a la vivienda es un lujo destinado a turistas o adinerados. Una ciudad que vive de cara a un turismo depredador que sólo ingresa beneficios en los bolsillos de quienes ya los tienen llenos, mientras genera empleos precarios en condiciones de explotación para la mayoría de la población. El turismo y la construcción en el centro del modelo económico capitalista no mira por los derechos de sus habitantes, sino por barrer las vergüenzas debajo de la alfombra del escaparate, mientras expolian y destruyen nuestro territorio. Donde las cifras de las viviendas de la plataforma Airbnb y los apartamentos turísticos, regulados o no, tocan el zenit mientras miles de personas no pueden acceder a una vivienda. (Pinche y continúe con la noticia)