Historia de una microvictoria.
“La Caracol” es una casa en el distrito de PALMA-PALMILLA recuperada por Stop Desahucios Málaga hace unos 4 años. Banco Popular (Grupo SANTANDER) la reclama a través de una de sus inmobiliarias asociadas, Anticipa Real State. El cuidar de la casa, que haya sido refugio para gente joven sin empleo o para mujeres que necesitaran refugio no ha sido una tarea sencilla, sino fruto de un trabajo colectivo.
Tras años de descuido y sin tener noticias por parte de Santander, el 28 de Diciembre llego una citación judicial, para un juicio el 17 de Enero. Juicio que se aplazó por un error administrativo que provoco que no hubieran las mínimas garantías para una defensa en condiciones. El juicio que se acabó finalmente celebrando este martes 12 de Febrero fue por la via penal, aunque hay diferentes cauces rápidos para juzgar los delitos de propiedad por via civil, los bancos suelen elegir la via penal por ser en general más agiles en su ejecución. La mayoría de problemas se dirimen en este ámbito y sin embargo son menores las cargas que tienen la via penal de ahí la agilidad sin tener en cuenta los perjuicios que puede tener para las personas demandas, antecedentes penales y multas. Un delito leve, pero que deja estigma social, porque lo que se esta juzgando es: ¿Si eres un criminal o no lo eres? Si responder en base a tu necesidad en un contexto que no te deja mucha más salida ¿Es o no es un crimen? NOSOTRAS LO TENEMOS CLARO: NO CRIMINALIZACIÓN DE NUESTRAS NECESIDADES Y EMPOBRECIMIENTOS.
En la via civil lo que se juzga es si la propiedad te pertenece o no te pertenece. En cuyo caso casi siempre tienes todas las de perder. En este caso también lo tenemos claro, el usufructo por encima de la acumulación de propiedades privadas por partes de entidades. O lo que en otros términos económicos seria premiar el valor de uso por encima del valor de intercambio, para se cumpla lo de NINGUN NEGOCIO CON NUESTRAS NECESIDADES.
En este caso “La Caracol” ha sido absuelta por la via penal, en parte gracias a la lucha en la calle y en parte a la actuación de la abogada Amanda Romero. Los bancos, actúan con mucha prepotencia en los juicios, no se informan bien, ganan juicios sin que se presente el afectado o ni siquiera un representante legal, o se les permite dirimir cuestiones civiles por la via penal y la justicia como una serpiente pica a las que tenemos los pies descalzos. Esa prepotencia se da con muchas complicidades: La primera es evidente los legisladores o políticos, han generado un marco que ya de partida perjudica a las más débiles. Los jueces les dejan campar a su ancha eso es evidente y no dan un trato minimamente humano a las personas que se enfrentan a un drama. Pero no acaba ahí, las instituciones municipales, culpabilizan a la parte más débil, tienen pocos medios y solo actúan “in extremis” con los casos que consideran más graves. Los Servicios Sociales no toman partido por “la sociedad” y se convierten en antisociales. La trabajadora social te desea “suerte” pero no apuesta por los derechos sociales, o te dice: “Eres joven, es cuestión poner de nuestra parte…” responsabilizándote como si no hubiera un contexto o una desigualdad extrema. El trabajo social sino se sale ni un milímetro del guion está abocada a ser un mero gestor de la miseria humana. (Sigue...)
La via de la negociación con el banco, es un camino lleno de trampas, en primer lugar, porque ellos juegan con el “que tu mano izquierda no se entere de lo que hace la derecha” es decir por un lado te llaman para negociar tu salida, por otro te tienen amenazado con el juicio. Le llaman mediación a un simulacro, pues la mediadora le paga una de las partes afectadas en concreto la
inmobiliaria. Esa mediadora en ocasiones intenta amedrentarte con amenazas, y en otras te hará ofertas descabelladas como darte 2.000 euros por irte. Sin identificarse y sin dejar huella por escrito te ofrecen pan para hoy, hambre para mañana. En concreto en Málaga, intentan que sea el Instituto Municipal de la Vivienda quien les pague el alquiler a través de una ayuda a la vivienda que tiene para personas en riesgo de exclusión social, a los bancos no les parece poco que los hayamos tenido que rescatar con dinero público, sino que además quieren hacer negocio a través de las ayudas publicas a las empobrecidas.
La Caracol ha sido absuelta es una microvictoria que queríamos compartir. El tiempo es dinero, el dinero es sangre, en sus lógicas capitalistas patriarcales y en eso son debiles porque justamente en nuestras logicas cada segundo que les expropiamos es vida y eso lo es todo. Luchamos por el derecho a la vivienda, como un derecho universal de toda persona a tener un techo del que resguardecerse y mientras que no haya políticas que fuercen a que los bancos tengan un compromiso con la sociedad de la que se nutren de forma depredadora, exigiremos alquileres sociales acorde a las circunstancias de las personas.
“La unica batalla que se pierde es la que no se lucha”, una vez más la lucha se demuestra útil, porque hasta cuando no ganamos, siempre nos sentimos menos solas y ese ser en común es nuestra VICTORIA. Nos quisieron en soledad y nos han tenido en común, esa ha sido nuestra victoria colectiva, la de todas las que nos hemos dejado la vida y hemos puesto el cuerpo en luchar por poner la vida en el centro.
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