Otro año más caemos en las trampas y enredaderas de un sistema asesino y represor. Colabora fielmente en su juego y, sin quererlo, ni pensarlo, ni sentirlo, estarás financiando todas aquellas campañas militares con las que seguramente estés en desacuerdo. Si tienes ya un trabajo voluntario de acogida de refugiadxs, colaboras con entidades benéficas que se enriquecen con la pobreza (Acnur, Intermon, Cruz Roja, etc) a razón de las personas precarias puestas a pie de calle que mendigan en nombre de otras, termina con estas y haz objeción fiscal. Sin tu dinero, no habrá armas, ni balas, no más muertes. Sigue esta campaña, con la cual no solo tu dinero dejará de contribuir al asesinato internacional de los ejercitos, si no que podrá ir directamente a asociaciones, grupos, entidades que mantienen nuestros barrios, pueblos y, en definitiva, nuestras vidas. Nosotras te recomendamos algunas al final de esta noticia.
NO CON NUESTRO DINERO
Implacable en su presión fiscal, El Estado no cesa de pedirnos: IRPF,
IVA, impuestos indirectos, tasas... Y en este tiempo de tremendos
recortes en gasto social, de pérdida de derechos y de la mayoría de
nuestras conquistas, de desmantelamiento de lo público, cuando el parco
estado del bienestar que aún disfrutábamos se tambalea, observamos con
vergüenza cómo, año tras año, se renuevan enormes inversiones en el
más estéril de los gastos: el Gasto Militar.
LA ADMINISTRACIÓN SE QUEDA, ejercicio tras ejercicio, CON CIENTOS DE
EUROS DE CADA CONTRIBUYENTE. ¿Para qué? PARA COMPRAR ARMAMENTO
(¿contra quién se usará?), para absurdas intervenciones militares en
el exterior (los nuevos modos del colonialismo “humanitario”), para
sostener el complejo de la inútil investigación militar...