El desahucio de Karima
Sucedió el 28 de Junio,
quedamos por la mañana para encontrarnos en Calle San Agustín y comenzar a defender a unas personas y su hogar. De nuevo Banco Santander se preparaba para desahuciar, sin dar alternativas, y de nuevo las políticas sociales del Ayuntamiento de Málaga demuestran que no funcionan, que están para maquillar de simpátia la cara sin humanidad del capitalismo patriarcal. Las personas afectadas son Karima y su hija, aunque entendemos que ante estas situaciones las afectadas somos todas, cuando perdemos vecindad, lazos sociales y de apoyo a cambio de personas que participan de un sistema de turismo masivo y le hacen el juego a la especulación de la vivienda y sus alquileres.
Imaginaros el lugar, es calle San Agustin, al lado de La Manquita (la Catedral), frente al Museo Picaso, en una calle propia y conservada del casco histórico. En la puerta la primera defensa, una barrera humana colorida, apelando por el sostenimiento de la vivienda, la vida digna, el derecho a la vida, entrelazados, sentados y marcando la diferencia frente a la indiferencia del transeunte. Con estas personas otras de testigos, puesto que en la acción social debemos de cuidarnos y estar atentas ante montajes policiales y sus agresiones. Un poco alejadas, al lado de la furgoneta, las motos y los coches los cuerpos de seguiridad del estado, las negociadoras, el banco y su deprendación. Y en el centro de todo esto, dentro del hogar, Karima, su hija y otra compañeras que sostienen emocional y físicamente la situación.
Karima es una mujer víctima de violencia machista, razón por la que llegó a Málaga, tiene reconocida un 30% de diversidad funcional y además está a cargo de una menor, su hija de 14 años. Tiene concedida la ayuda al alquiler del programa Familias en Riesgo de Exclusión Social (FRES), por lo que tiene toda la posibilidad de que el Banco Santander se la acepte para rentar esa vivienda, pero no acepta, no quiere, no apetece en ningún momento desde que se empieza a negociar. Banco Santander no quiere que mantengas tu hogar, no quiere que conserves tus lazos de comunidad, no quiere que vivas en el centro de tu ciudad, porque esta no es para ti, ni para las personas. El centro de la ciudad es un negocio y este se abre a quien tiene dinero para formar parte del negocio, por tanto, tu vivienda no es "vivienda social" es "vivienda antisocial para el capital".
Las negociaciones se dan fuera, esta es la primera linea, el cortafuegos. Relata la negociadora de la PAH que todo iba bien hasta que llegó el servicio de Emergencia Social (SES) del Ayuntamiento de Málaga, cuyo alianza viene con el cumplimiento del interés del Banco Santander. Estas personas del SES se interpusieron en la mediación con la procuradora de Banco Santander mintiendo sobre las alternativas del Ayuntamiento y mintiendo también a las activistas acerca de la suerte que iba a corre Karima esa mañana. Ante esta intromisión y la impotencia, se da la orden y la Policía Nacional (agentes "públicos", financiados con dinero público, formados y participantes de servicios públicos, etc.) comienza a hacer de agentes del interés privado. La resistencia pacifica aguanta, los empujan, fuerzan, desenredan y desplazan fuera de la puerta bruscamente y sin necesidad de tanta fuerza.
La policía se mantiene y nos mantiene fuera, otros entran y atacan la resistencia dentro del piso, donde estaban los apoyos de Karima, que se resiste a irse y dejar su casa. Ante esta negativa, se llevan detenidas a Fali, Juan Pablo y Karima, que lo que hicieron fue estar dentro de la casa. Se disuelve la calle, el lugar está en la comisaría de Manuel Azaña, con Karima y las dos compañeras en los calabozos. Karima, debido a la situación de perdida del hogar, el desnudo durante la detención y los varios desmayos que sufrió en los calabozos, fue llevada al hospital una vez les soltaron, no durante. Su salud solo fue tenida en cuenta por las compañeras una vez fue liberada.
En los siguientes días la presión social será necesaria, puesto que el juicio hacia las detenidas será en esta semana próxima (del 9 al 13 de Julio). Karima se quedó unos dias en casa de una amiga con su hija. La alternativa ofrecida por el Servicio de Emergencia Social fue realojar a Karima y a su hija en otro hogar con una familia en las mismas condiciones, provocando hacinamiento y fuertes tensiones entre familias, por lo que acabaron pagándole un par de noches en una pesión. Despues de esto la acomodaron en una residencia de la tercera edad, como alternativa habitacional. Esta es la alternativa habitacional que ofrecía el Ayuntamiento, una mentira. Hacinamiento, pensiones y residencias que no están preparadas para unidades familiares.
Y esta es la realidad del capitalismo patriarcal. Nos expulsa de nuestras casas por sus negocios, nos hacina, nos genera violencia, nos aleja de quienes queremos, nos expone a la soledad, asalta nuestros cuerpos, irrumpe en nuestra salud, nos desampara y mucho a mucho nos quita vida, todo por un aumento de los beneficios. Banco Santander, después de que la violencia ejercida hacia Karima, las compañeras y su hogar por medios como Canal Sur y Diario Sur, se comprometió, junto con bienestar social, a un alquiler social para arima en otra vivienda. Después de desahuciada y criminalizada.