CIES

Ni cárceles, ni CIES

Se van a cumplir dos semanas desde que el Ministerio del Interior decidiera encarcelar en el centro penitenciario Málaga II, en la localidad de Archidona, a más de 500 personas migrantes recién llegadas en patera a las costas de Murcia y Almería. Todos son varones procedentes de Argelia entre los cuales se encuentran menores. Desde la Plataforma ciudadana contra el CIE de Archidona queremos manifestar lo siguiente: 

Ni cárceles, ni CIES

  1.  Estas personas no han cometido delito alguno. Al contrario se han jugado la vida cruzando el mediterráneo -al no poder hacerlo por otras vías- con el fin de alcanzar una vida mejor en países europeos dónde, aunque en crisis, siguen existiendo mejores salarios y mejores condiciones sociales y laborales. No hay que olvidar que los países occidentales y sus respectivos gobiernos tienen una deuda con los países de origen de dichas personas migrantes al haber contribuido durante años, y seguir contribuyendo, a la explotación de sus recursos.  Por tanto,  reclamamos que se establezca una vía de entrada legal  a través de las embajadas que España y resto de Europa tienen en los países africanos .   Con un visado de entrada evitaríamos la calificación de “ilegal” que permite justificar acciones de represalia contra los inmigrantes tanto en las vallas como en su reclusión o en las deportaciones masivas.  Las políticas europeas siguen siendo cómplices de los gobiernos dictatoriales que mantienen a los pueblos africanos en la más absoluta miseria.
  2. La decisión tomada por el Ministerio del Interior de trasladar a dichas personas en el centro penitenciario de Archidona es completamente ilegal y contribuye a la estigmatización del migrante. Nos oponemos rotundamente a este hecho. Las condiciones en las que se están viendo sometidas son inadmisibles. Según los familiares, las personas encarceladas llegan esposadas y sólo pueden comunicarse mediante un teléfono y separados por una cristalera. No tienen ropa más allá de la que le traigan los familiares, la atención médica está siendo escasa mientras que el derecho a recibir asesoramiento jurídico brilla por su ausencia.
  3. Los impedimentos para que los familiares puedan ver y saber si sus seres queridos se encuentran bien son innumerables. No hay horarios fijos de visita y día tras día deben esperar durante horas delante de la puerta de la cárcel para poder aspirar a entrar. Los traductores brillan por su ausencia y los familiares no pueden organizar su estancia. No saben cuántos días tardarán en ver a sus hijos, sobrinos o hermanos. La inmensa mayoría de los familiares provienen de Francia y se están desplazando en coches si saber adonde se dirigen. Exigimos a los ayuntamientos de las localidades de la comarca en la que se encuentra la cárcel que ponga a disposición albergues e infraestructuras municipales para albergar a dichas familias. No basta con sacar mociones institucionales, hay que llevar a la práctica esos posicionamientos contrarios a la situación que están padeciendo más de 500 personas migrantes.

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