“Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan”
José J. Martí
Desde Zambra Málaga empezamos un nuevo curso en nuestra acción social. Este año tan complicado acaba de terminar ha servido para constatar algo que nos sigue generando dolor, situaciones de precariedad, miseria e injusticia: la inexistencia de los derechos sociales que nos han de proporcionar de manera innegociable una condiciones de vida digna a las que todas las personas tenemos derecho por el simple hecho de ser y existir.
Y es que, además del COVID, existe otro virus que sigue enfermando y destruyendo la vida de la gente más vulnerable. El sistema capitalista y heteropatriarcal el que estamos inmersas sigue generando diariamente en nuestros barrios situaciones cada vez más acuciantes de precariedad, exclusión, conflictividad, violencia, machismo y desesperación vital, entre otras. Y este virus sí que entiende de clases sociales.
Existen miles de personas que malviven, que no pueden acceder a ningún tipo de ayuda económica que palie, aunque sea de manera ínfima, la pobreza a la que se ven abocadas. Perdidas en un laberinto burocrático sin salida, las instituciones públicas supuestamente destinadas a proporcionar condiciones de vida dignas se convierten en casas del terror en las que se gestionan las migajas que después reparten. No queremos migajas, lo queremos todo para todas, queremos el cereal, la harina, el pan y la panadería.
Hay muchas casas sin gente y demasiada gente sin casa. Los bancos y los fondos buitre especulan sin piedad sobre un derecho básico y fundamental como es el de la vivienda.
Se reparte la pobreza, cuando lo que se debería repartir es la riqueza que acumulan unas pocas.
Nuestros pueblos y ciudades han dejado de ser lugares habitables para convertirse en simples almacenes de personas tristes, deprimidas, desesperadas, con la salud mental amenazada, en las que la construcción de grandes rascacielos y ciudades deportivas pretenden enterrar bajo hormigón el medio natural.
Y ante la lucha de personas y colectivos por un mundo mejor, la represión es la cruda respuesta del sistema.
Pero existe una vacuna de demostrada eficacia. Ahora más que nunca, la exigencia de los derechos sociales es el único salvavidas que nos puede llevar a la consecución de una vida digna. Por ello, vemos necesario plantear para el año que entra una campaña a la que hemos nombrado “12 meses por los derechos sociales”. En ella queremos trabajar algunos derechos sociales cuyo cumplimiento no puede esperar más. Cada dos meses, abordaremos uno de estos derechos utilizando diversas herramientas como la Renta Básica de las Iguales, libros y materiales que contienen una mirada crítica, vídeos, películas y acciones directas, entre otras. Desde el apoyo mutuo y el trabajo en red, nos ilusiona poder trabajar juntas en este proyecto. Por ello, queremos invitaros ser partícipes de esta campaña y poder compartir reflexión, acción y cuidados.
Búscanos y nos encontramos en:
Que por redes, canales, espacios... no sea!
Si plantamos entre todas, las raíces serán más profundas.
#12mesesxlosDDSS #Derechospatodas #Cultivaunavidadigna #Losderechosnosenegocian
Agregar comentario