La experiencia con la propuesta en los últimos 10 años en Zambra Málaga.
En el 2010 algunas compañeras jóvenes que orbitàbamos por Zambra Málaga no conocíamos bien del todo las potencialidades de la Renta Básica de las Iguales o nos planteaba debates jugosos sobre nuestras preconcepciones de cómo debían ser las revoluciones, las luchas, las utopías... Algunas charlas que manteníamos muchas veces de manera informal, nos fueron dando seguridad a la hora de poder contarles esta visión común de la realidad y de las posibles alternativas al sistema capitalista patriarcal colonial (etc.) a otras amigas y compañeras de luchas. Pero sobre todo nos movieron todos los cimientos y ya no nos dejó vivir igual. “Paro estructural”, “Sociedades del desempleo”, “Trabajo vs. Empleo”, “Derecho a vivir dignamente”, “lo invisible, los cuidados”, “quien más tiene más paga”... no como conceptos abstractos, sino como un aquí y un ahora inminente, como verdades que nos hablaban de nuestras propias vidas, de lo que éramos, de lo que queríamos ser, de lo que podíamos ser... Era un mensaje reflexivo y movilizador a la par. Reflexivo por las preguntas que abría, y movilizador porque partía de un ahora tangible hacia un horizonte que se iba construyendo día a día de forma colectiva.
En aquellos años hablar de esta propuesta no era fácil, se cerraban muchas puertas cuando mencionabas la RBIs o cuando la sacabas en los debates hacía que directamente le saliera una úlcera a más de uno y a sus privilegios de supuesta “clase media”. Hablar de RBIs era como desmontar diferentes chiringuitos por ejemplo los de la empleabilidad o los de los “gestores de la pobreza”. Mientras tanto nosotras ensayabamos formas de resolver nuestras necesidades sin tener que pasar obligatoriamente por los diferentes mercados (laboral, comercial...). Un compañero nos interpelo a todas diciéndonos que de alguna manera era justo que dentro del colectivo las gentes que más tenía pudieran repartir con las que menos tenían, y que de alguna manera eso ya era una especie de RBIs puesta en marcha a nivel micro. Como él explicaba,“aquel, refiriéndose a un compañero funcionario, tuvo suerte porque aquella mañana otras 10 compañeras no la tuvieron y se sacó las oposiciones, y que culpa tiene aquella de que su madre fuera alcohólica y que sus habilidades no las valoren en el mercado de empleo”. Así que experimentamos con botes de resistencia, habitaciones solidarias, reciclajes de comida... para las compañeras que vivíamos ajenas al mercado de empleo.
En el 2011 vino el 15M y la propuesta de la Renta Básica salió a la luz con una fuerza inusitada. Eso nos dio muchísima fuerza y ganas para seguir caminando en la lucha por un derecho social que cambiaría LA VIDA. Se generaron muchas sinergias, vínculos y redes. En Zambra Málaga continuamos con esta experiencia de ir ganando autonomía en los márgenes del mercado, no exenta de debates, como decía una compañera “quiero el reparto de la riqueza, pero esto que hacemos es el reparto de nuestras miserias”. Y efectivamente había momentos que esas pobrezas “repartías” alimentaban y nos hacían sentir menos solas y otras que esas pobrezas nos ahogaban y nos aislaban del mundo “normalizado”.
Entre el 2013-2014 nos lanzamos a montar una I.L.P. junto a otros muchos grupos de todo el estado, aquella experiencia nos hizo crecer políticamente como colectivo. Nos dejamos la piel en decenas de charlas por toda Andalucía y además las dábamos desde nuestra situación de precariedad. Sacamos mucho ingenio en acciones de calle y campañas como la “emergencia no puede esperar”, “tenemos hambre de derechos” o “Renta Básica, No Bombas”. Vendimos cientos de cuadernitos, libros, camisetas en todos los congresos, jornadas y actos que nos invitaban.
Algunas compañeras se empeñaron mucho en que la propuesta fuera a las universidades, especialmente a las de Trabajo y Educación Social. Y otras compañeras hicieron Akelarres en donde juntaban la propuesta de la Renta Básica de las Iguales con las matrices de necesidades del economista chileno Max Neef. Íbamos a charlas de Oscar García Jurado donde nos hablaba horas de deconstruir el empleo frente a una idea de trabajo que podía ser un bien para la comunidad. Y en alguna ocasión tuvimos la oportunidad de escuchar a José Iglesias Fernández, salíamos de esas charlas motivadísimas. Jose siempre nos animaba a preguntar, a cuestionar, a mirar más allá.. Se atrevía a dibujar el horizonte como un niño pequeño y tú querías pintar con él y luchar por ese horizonte de libertad.
En el 2016 Rosa Zafra, Mari Fidalgo y Alicia Alonso sacaron con el prólogo de Yayo Herrero, un librito sobre Feminismos y Renta Básica de las Iguales. Una cuestión que ya venía de lejos, pero que ahora se materializaba, en lo que a la limón iba a ser mucho más que un libro, unas letras que dieron alas a muchas compañeras de Zambra Málaga para poner en el centro de la lucha feminista nuestra propuesta y en el centro de otras luchas los feminismos desde esta mirada anticolonial, antipatriarcal y anticapitalista... y muchísimo más! (que diría la camiseta).
Vino una secuencia de elecciones unas detrás de otra y nosotras le copiamos a las compañeras de La Orotava (Tenerife) sacando la campaña “Ningún negocio con nuestras necesidades” y fue un éxito poder colocar en el tablero político las necesidades de las vecinas (y por supuesto las nuestras propias) y no la lucha por el voto y los sillones. Tras esa campaña paramos un momento a repensar nuestra acción social. Teníamos debates sobre si tenía sentido obcecarnos solamente en el “reparto de la riqueza” y también sobre a dónde nos llevaban “las confluencias”... o también como poder volver a estar más pegaditas al barrio y sus voces.
Tras el fracaso tan absoluto que supone el Ingreso Mínimo Vital, miramos a la propuesta no solo con cariño, sino con sabiendo que sigue tan vigente como el primer día que la conocimos. Estos 10 años de luchas por la Renta Básica de las Iguales, nos ha cambiado la vida a todas, nos ha hecho replantearnos continuamente el mundo que habitamos, las relaciones con nuestros amigas y con el entorno. En Zambra Málaga la Renta Básica de las Iguales ha sido una verdadera herramienta para nuestras propias vidas.
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