Perdonen que no nos sumemos a la fiesta.
Las Rentas Mínimas de Inserción no se inventaron ayer, se vienen experimentando con ellas desde 1988 en Francia. En el estado español cada autonomía ha ido probando diferentes modelos para las Ayudas de Emergencia y Rentas Mínimas. Obvio que mejor que existan que el que nos dejen morir pero de ahí a celebrar esto como el fin de la pobreza pues hay un abismo.
De hecho, todas estas migajas... Sí, migajas, ha leído bien. Migajas en comparación con: El presupuesto militar y represivo, la financiación de la corona y de la iglesia católica, con el fraude fiscal, con la evasión en paraísos fiscales, con los rescates millonarios a la banca ,etc.Estas migajas nos las venden como el pan para ocultar a los dueños de la panadería. Nos ponen la zanahoria en los ojos, para ocultar la idea real de un REPARTO DE LA RIQUEZA.
Esta medida paliativa no apunta hacia la justicia social si no va acompañada de otras medidas complementarias, que pasan por un cambio del modelo productivo y por una fiscalidad progresiva. En cuanto al cambio de modelo productivo, de lo que hablamos, es de recoger las propuestas que se están haciendo desde las economías feministas, el movimiento de la economía transformadora y social, del cooperativismo, del bien común etc. y eso pasa por apostar por un tejido que atiende a todos los elementos de la producción y reproducción de la vida.
¿Que se (re)produce? (Que sea socialmente útil y libre de explotación de animales humanos y no humanos.)
¿Como se (re)produce? (Condiciones. Cuidado del entorno y de las personas trabajadoras)
¿Cual es el recorrido de lo que se (re)produce? (Vida de lo (re)producido. Reducir impacto medio ambiental y eliminar la explotación de animales humanos y no humanos, Ciclo vital). Así como en definitiva apostar por economías que pongan la vida en el centro.
La fiscalizad pasa por una cuestión sencilla y clara de justicia social, QUIENES MÁS TIENEN MÁS CONTRIBUYEN. No tocar a Florentino Pérez, a Amancio Ortega, a la familia Botín, a las SICAV's, a la Iglesia Católica, al gasto militar, etc. es toda una voltereta que nos oculta la realidad de injusticia social que vivimos. Hay que apostar no por “ayudas” sino por DERECHOS SOCIALES, esas ayudas condicionadas e insuficientes nos hacen sentir siempre en deuda y no nos dan libertad para emanciparnos. Nos mantienen en la incertidumbre de la precariedad continua, en el miedo que supone estar a merced del terrorismo patronal o en el “infierno” del desempleo.
¿Que va a pasar con todas las que se queden fuera de esta medida paliativa?
Esta medida no tiene en cuenta la diversidad de situaciones que no vienen contempladas dentro de su norma, dejando fuera contradictoriamente a las personas más vulnerables y que más necesitan ser cubiertas por ejemplo las personas migrantes a las que no se les permite regularizar su situación. Han generado el crimen perfecto, primero se cargan el tejido productivo real, precarizan la sociedad hasta limites insospechados, a cambio te dan una ínfima parte de lo que es nuestro porque somos nosotras quienes lo producimos revestido de “salvación”, pero te penalizan si no aceptas las condiciones del esclavismo asalariado.
Esas condiciones son no son ayuda sino un yugo, un falso flotador en mitad del naufragio. No se puede salir de la exclusión generando exclusión. Políticamente este experimento a costa de las vidas de las más empobrecidas vendido como la panacea a largo plazo nos puede costar muy caro ya que puede suponer un lastre enorme para el camino de la Renta Básica de las Iguales. Seguimos luchando por la Renta Básica de las Iguales, porque es el único modelo que habla del reparto de la riqueza como una herramienta para salir de la locura del capitalismo patriarcal y colonial. Porque nos da colores para dibujar un horizonte de salida de un sistema depredador con el medio ambiente y con las personas.
Sin condiciones ni controles que sea suficiente para poder vivir dignamente, para todas las que la quieran o necesiten, y que no este sujeta a ningún “núcleo” familiar, ni de convivencia. Porque si nadie vive por ti, nadie debe decidir por ti. La Renta Básica de las Iguales implementando el “Fondo de Renta Básica” coloca una visión comunitaria, que posibilita que sean las vecinas las protagonistas de la transformación social de sus pueblos y barrios.
No queremos la migaja, queremos el pan para autogestionar la panadería.
Ahora es tiempo de Renta Básica de las Iguales.
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