Expulsión de la prensa, carga policial, contusionados y detenidos, todo ello para dejar en la calle a Jorge, su mujer y sus hijos de 28 días, 3 y 9 años.
En Noviembre de 2012, KutxaBank, entidad resultante de la fusión de las cajas vascas, anunciaba a bombo y platillo por medio de su presidente, Mario Fernández, “haber dado orden para que la entidad suspenda de forma inmediata todos los procedimientos de ejecución hipotecaria”.
Dichas declaraciones llegaban tras la conmoción que produjo el suicidio de la vecina de Barakaldo Amaya Egaña, que se tiró por el balcón cuando la comitiva judicial se disponía a acceder a su vivienda para quitársela.
Hoy, en el madrileño barrio de San Fermín, ha quedado acreditado que las declaraciones del sr. Fernández no eran más que pura propaganda, papel mojado para disimular la verdad, Kutxabank sigue desahuciando y, además, se sirve para ello de una violencia policial triste y sobradamente conocida por la ciudadanía.
Bajo el hastagh #JorgeSeQueda se viene informando de la situación desde las 6.30 de la mañana.
A las 6.35 la policía, más de 100 agentes, expulsaban a los medios de prensa “por razones de seguridad”, así como a los activistas que trataban de bloquear el portal.
Menos de dos horas después, tras la llegada de más efectivos policiales, se producía una carga policial sin motivo alguno, que producía varios contusionados, sin que se permitiese el acceso del SAMUR para atender a las personas heridas. Además de la violencia practicada, la policía ha detenido al menos a 6 activistas, entre los que se encuentran dos vecinos de Móstoles, consiguiendo expulsar de su vivienda -entre las risas de algunos agentes- a una familia de dos adultos y tres menores de 28 días, 3 y 9 años.
En el Estado español hay 3,4 millones de casas vacías.
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